En días pasados se viralizaron las imágenes de dinosaurios, diseñadas por Ai Dreams, representando trabajadores de diversas profesiones que se extinguirán (al igual que los dinosaurios) debido a los avances de la tecnología y la inteligencia artificial. Si bien los dino-profesionistas han causado euforia y controversia en el ámbito laboral, nosotros queremos tomar este tema y proponer una serie de prácticas que realizan algunas empresas y que deberían ¡extinguirse ya!.

  • Discriminación durante los procesos de reclutamiento y selección personal. Aunque parezca difícil de creer, en nuestros modernos días aún es común encontrar áreas de Recursos Humanos que realizan o permiten comportamientos de discriminación al momento de elegir candidatos (internos o externos) para sus vacantes:
  • Estereotipos, excluir a un candidato en base a su apariencia física, color de piel, edad (no más de 40 años), género, orientación sexual, ideologías, estado civil, embarazo, estado de salud, discapacidad o nivel socioeconómico.
  • Prejuicios o creencias dominantes, considerar que un candidato no es estable al observar que ha tenido varios empleos, proceder de “empresas con mala reputación”, llevar varios meses o hasta años sin empleo, “no hacer click” con la persona, tener un grado académico técnico o trunco a pesar de contar con la experiencia solicitada o simplemente por observar ciertos comportamientos durante la entrevista que no empatan con el entrevistador.
  • Forzar una renuncia (aislamiento). Tal cual es complicarle la existencia a un empleado buscando que renuncie para evitar pagar los costos de una indemnización por despido. En muchas ocasiones las razones para hacerlo no son totalmente profesionales, es decir no están ligadas al desempeño o conducta del trabajador, por el contrario, son cuestiones personales como celos, envidia o miedo a que la persona ocupe su puesto (relación jefe-subordinado).
  • Mobbing y bossing. Permitir en la empresa maltrato psicológico o verbal ya sea entre compañeros o por parte de un superior. No contener o eliminar abusos como: hostigamiento, machismo, agresiones o conductas negativas normalizadas (gritos intimidantes, sobrecarga de trabajo, calumnias, amenazas, etcétera).
  • Desigualdad salarial. Tener una brecha salarial de género (remuneración menor para las mujeres), ofrecer un mejor salario a un candidato externo que a un interno al cubrir una vacante, otorgar beneficios injustificados o destinados sólo a un cierto grupo de personas.
  • Micromanagement. Aún existen personas en los sitios laborales que tienen la necesidad de vigilar a los empleados “todo el tiempo”, ya sea visitando su área de trabajo constantemente para revisar qué hacen o a través de mensajes y correos preguntando incesantemente el avance de cumplimiento de sus actividades. Esto sólo refleja falta de confianza en los empleados, lo cual afecta negativamente y genera disgustos en los mismos.
  • Falta de flexibilidad laboral. Los tiempos han cambiado pero aún hay creencias de que mientras más tiempo pase un trabajador en la empresa será más productivo (jornadas interminables) y aún peor exigir a los empleados mantener una conexión digital fuera del horario laboral, en días de descanso o durante sus vacaciones (responder llamadas, mensajes o correos laborales). Encontramos empresas renuentes a implementar flex time, viernes “cortos” o modalidades híbridas por un estigma de que los empleados no trabajarán igual y la productividad será menor.
  • No ofrecer un salario emocional. Pensar que un trabajador sólo requiere una remuneración económica y algunas prestaciones para sentirse satisfecho en su trabajo es una idea equivocada. Es importante agregar cuestiones de carácter “no económico” para motivar al personal y lograr satisfacer sus necesidades personales y familiares.

¿Qué opinas? ¿Incluirías alguna otra mala práctica que debe extinguirse? Compártenos tú opinión.

Colaboración especial de Mari Martínez

Senior Recruiter de Recruiters and HR

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