Aun cuando en el mundo laboral hay constantes cambios, continuamos encontrando prácticas que resultan perjudiciales para los empleados, una de ellas es la discriminación por edad. A menudo, las personas mayores de 40 años enfrentan dificultades para encontrar empleo o avanzar en sus carreras. Sin embargo, en lugar de subestimar su valiosa experiencia, las empresas y empleadores deberían considerar activamente contratar a personas de esta edad.
Si se tienen más de 35 años, es muy posible que no se pueda encontrar un trabajo digno en México, pues es una de las formas más comunes y graves de discriminación laboral que existe en nuestro país. Son muchas las empresas que, pasando los 40 (e incluso 35 años), miran a la gente como si no tuviera nada que aportar en lo profesional. Los ven como inadaptables, de mente cerrada, como parásitos tecnológicos, incluso, anti millenials con dificultades para entender y convivir con otros.
A pesar de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) se ha pronunciado en contra de este «tope» de edad, debido a que las empresas incurrirían en prácticas discriminatorias, es una situación que prevalece.
Un aspecto de la diversidad que a menudo se pasa por alto es la edad, pero la edad es el único elemento de diversidad que todos finalmente compartimos. La dispersión de edades en la fuerza laboral disponible implica que las organizaciones deberán contratar trabajadores de todo el espectro de edades para seguir creciendo.
Este es el panorama en México sobre el mercado laboral y los paradigmas relacionados con los años que tenemos:
- No están actualizados. Encasillan las habilidades de una persona, se entiende que se adaptan mal, son reacias al cambio y poco dispuestas a aprender.
- Mala salud. Tienen prejuicios sobre el estado de salud de las personas, consideran pedirán más permisos, incapacidades y por ende no serán productivos.
- Buscan mayor remuneración. Optan por profesionales jóvenes porque estos aceptan menos remuneración, son más flexibles en cuanto a los horarios y trabajan más horas (tiempo extra).
- Mala actitud. Creen que las personas adultas tienen “mañas” y es más complicado manejarlas, entran en su zona de confort y pierden actitud al trabajar.
Al momento de contratar a un individuo no se debe generalizar. Debemos abordar a cada persona como a un individuo único e irrepetible, y evaluar su productividad, estabilidad laboral y experiencia, tanto como sus competencias y habilidades para el cargo.
Exploremos por qué contratar a personas mayores de 40 años puede ser una decisión inteligente y beneficiosa para todos:
- Experiencia que marca la diferencia. Una de las mayores ventajas de contratar a personas mayores de 40 años es la rica experiencia que aportan. Han enfrentado diferentes situaciones laborales a lo largo de los años, lo que les ha brindado habilidades sólidas para la resolución de problemas, la toma de decisiones y la gestión de crisis. Esta experiencia puede traducirse en una mejor capacidad para manejar situaciones desafiantes y encontrar soluciones creativas.
- Estabilidad y compromiso. Las personas mayores de 40 años a menudo buscan estabilidad y compromiso en sus empleos. Han superado las fases iniciales de su carrera y están más inclinadas a buscar puestos a largo plazo. Esto puede ser una gran ventaja para las empresas, ya que la rotación de personal puede ser costosa y disruptiva. La lealtad y el compromiso que aportan pueden generar un ambiente laboral más estable y productivo.
- Mentoría y desarrollo de equipo. La mayoría de las personas mayores de 40 años han acumulado habilidades de liderazgo y tienen la capacidad de ser mentores efectivos para los empleados más jóvenes. Su experiencia puede ser invaluable para guiar a nuevos miembros del equipo, proporcionar consejos valiosos y ayudar en su desarrollo profesional. Esto puede crear un ambiente en el que el conocimiento fluye de generación en generación, beneficiando a toda la organización.
- Adaptabilidad y aprendizaje continuo. Contrariamente a la creencia popular, las personas mayores de 40 años son capaces de aprender y adaptarse a nuevas tecnologías y metodologías. Muchas de ellas han seguido actualizándose a lo largo de los años y han demostrado su capacidad para aprender de manera continua. Su disposición para abrazar el cambio puede ser un activo valioso en un entorno empresarial en constante evolución.
- Diversidad generacional. Fomentar la diversidad en el lugar de trabajo no se trata solo de género y etnia, sino también de diversidad generacional. Tener un equipo con diferentes edades y perspectivas puede llevar a una mayor innovación y resolución de problemas. La inclusión de personas mayores de 40 años en el equipo puede enriquecer la mezcla de ideas y enfoques, lo que finalmente beneficia a la empresa.
- Contratar a personas mayores de 40 años no es solo un acto de igualdad y justicia, sino también una decisión empresarial sabia. La experiencia, estabilidad, habilidades de mentoría, adaptabilidad y diversidad generacional que aportan y pueden contribuir significativamente al éxito de una empresa.
El incluir la edad como un elemento de diversidad e inclusión puede ayudar a cambiar la cultura y dar a las empresas una ventaja competitiva. Las organizaciones se desempeñan mejor cuando se incluye a trabajadores de todas las edades y se los motiva a contribuir con sus habilidades y perspectivas únicas.
¡Es hora de romper los estereotipos y valorar la experiencia acumulada de las personas mayores de 40 años en el mundo laboral!
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