El conjunto de estereotipos asociados a la edad se conoce con el término inglés “ageism”, traducido al español como edadismo, gerontofobia o viejismo. Dicho término fue acuñado en 1968 por el gerontólogo y psiquiatra Robert Butler, se refería a la discriminación contra las personas mayores y basándose en términos de sexismo y racismo.
El edadismo o discriminación por edad es el fenómeno más común en empresas y organizaciones por encima de la de género, cultura o raza. Todos seremos afectados de manera directa ya que envejecer es parte de la vida y eso todos los sabemos. Por lo mismo, algunas personas pueden experimentar molestia, vergüenza, rechazo o miedo a lo que vendrá.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) establece la edad de 60 años para considerar que una persona es adulta mayor. En México residen alrededor de 15 millones de personas de 60 años y más. Como consecuencia del aumento de la esperanza de vida y el descenso de la tasa de natalidad, se estima que, en 2050, la población mayor de 80 años alcanzará el 19% de la población total.
El envejecimiento es un fenómeno con trayectorias positivas y negativas, un balance de ganancias y pérdidas. Es por ello que existen muchas características negativas generalizadas por razón de la edad (deterioro, enfermedad física o incapacidad funcional). Estas representaciones peyorativas influyen en la conducta que los demás producimos hacia los adultos mayores, de tal manera que integran los estereotipos inculcados socialmente.
El maltrato de las personas mayores se remonta a la antigüedad y se consideró como un asunto privado, hasta fechas recientes, en que el maltrato de las personas de edad y otras formas de violencia doméstica se han convertido en cuestiones vinculadas con la salud pública y la justicia penal. Tanto mujeres como hombres están expuestos a sufrir maltrato. Sin embargo, en México no se cuenta con información que permita dimensionar la magnitud de este problema.
Hay tres dimensiones del edadismo:
- Estereotipos, lo que pensamos acerca de las personas mayores
- Prejuicios, lo que sentimos respecto de las personas mayores
- Discriminación, cómo nos comportamos con las personas mayores
Este fenómeno de desvalorización social está presente, de forma aceptada y naturalizada, en casi todos los ámbitos de la sociedad. El lenguaje crea realidades y cuando usamos términos inadecuados, muchas veces de forma inconsciente, aparece la discriminación, enunciaremos algunas formas de micro edadismos para estar alertas, tomar conciencia y poder combatirlos:
- Hablar en diminutivos a personas mayores, “viejito”, “abuelito” (infantilización).
- Decir “nuestros adultos mayores”, utilizar el posesivo les quita autonomía. Las personas mayores son autosuficientes.
- Rechazo al envejecimiento, ocultar las canas o negar la edad que tienes conforme te haces mayor.
- Usar palabras “viejo”, “anciano”, “ruco”, “abuelo” como insulto (deshumanización).
- Dar por hecho cuáles son las necesidades de cada persona mayor, frases como “las personas mayores quieren tranquilidad y que les dejen en paz”.
- Considerar que su experiencia tiene poca relevancia en la sociedad moderna, idea de que no se adaptan a los lugares de trabajo actuales.
- Dar por hecho que no entienden de lo que hablas.
- Quitar importancia a la tristeza de los mayores, considerar que solucionan sus problemas por sí solos.
- Negar las capacidades de aprendizaje de los mayores, usar frases como “no se puede enseñar a un perro viejo nuevos trucos”.
- Decir: “quejarse es cosa de viejos”.
Reducir el edadismo presente en nuestra sociedad pasa por concienciar de sus nocivos efectos y educar en el respeto y el buen trato. Es necesario fomentar una visión del envejecimiento como una etapa más de la vida, libre de estereotipos y generalizaciones, donde las personas mayores sean reconocidas en su diversidad y como ciudadanos de pleno derecho.
En el mundo laboral encontramos edadismo con frecuencia, tan sólo basta con ver las vacantes de las empresas; en ellas, limitan el acceso a un cargo a personas que se ubican en un cierto rango de edad que ronda entre los 35 a 45 años de edad. Para el 90% de la población que está debajo de este rango ¿qué nos espera?
Los legisladores mexicanos avanzan en la aprobación de una reforma que tiene el objetivo de integrar más adultos mayores a las empresas del país. El Senado aprobó el martes 14 de marzo de 2023 una reforma para cerrarle la puerta a la discriminación de adultos mayores, el dictamen busca que se modifiquen los artículos 132 y 133 de la Ley Federal del Trabajo (LFT). El objetivo de esta reforma es que al menos el 5% de la plantilla laboral de las empresas sea de la tercera edad. Aplicará para empresas con más de 20 colaboradores.
Para reducir el edadismo se tienen que producir cambios en los sistemas que lo perpetúan, tales como los medios de comunicación, la cultura popular, instituciones, gobierno, etc.
Es necesario continuar promoviendo campañas de sensibilización y de promoción de una imagen positiva de las personas mayores, así como continuar fomentando políticas de envejecimiento activo, con el objetivo de mejorar su calidad de vida.
Hemos encontrado algunas campañas mundiales que pueden ser de tú interés respecto a este tema: #nocaduco, #stopedadismo, #opentorock -Selección sin prejuicios, #aworld4allages, #microedadismos.
Recuerda: cuando discriminamos a los demás en función de la edad, nos estamos discriminando directamente a nosotros mismos (o a nuestro “yo futuro”).
¡Anímate a señalar aquello que consideras injusto respecto a tú edad! Cuéntanos tú experiencia en los comentarios.
Colaboración especial de Mari Martínez
Senior Recruiter de Recruiters and HR
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